Tengo un amigo de toda la vida que es ante todo un sibarita.
Es complicado quedar con él si está ocupado haciendo sus “cositas”,
que le llevan la mayor parte de su energía y que para mí siguen siendo un gran
misterio.
Nadie sabe muy bien cómo, pero ha hecho del hedonismo su
superpoder.
Consigue lo que quiere, cuando quiere y como quiere.
Esta es una de sus aptitudes y no la única.
Cada rato que paso con él me sirve para reafirmarme en la
idea de que el Sr. Anderson es una
caja de sorpresas.
Es fácil aventurarse a adivinar como podría ser su vida,
pero sólo se es consciente de este misterio cuando te asomas por un agujero a
la casa de sus padres y te revela de forma contundente un matiz de los muchos que
la conforman.
Ahí va uno de tantos para elogiar al personaje…
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