Una vez más, Sech se deja llevar por el sabor añejo que tiene el viejo oeste y nos presenta una historieta que me ocurrió no hace mucho aquí, en mi propia casa.
Vivo en el campo y eso parece ser un aliciente para que este "artista de los lápices" se sienta inspirado a reflejar algunas de las anécdotas que le cuento, en este formato tan rústico.
A mí, me parece genial.
Y vosotros, ¿que decís?
No hay comentarios:
Publicar un comentario